Me habían hablado de un lugar en la montaña, hacia el sur. Llevaba mi mochila colgada y mi alma cargada de luz. Para mirar y mirar, para encontrar el lugar donde mirarme de frente y decir mi verdad. Y así poder mejorar, y aprender.
Y la paz era tanta que nunca dejamos de reír.
(Siguiendo con el ánimo cordillerano)
Vos sabes que yo el otro dia tuve un deja vu, pero no de momentos...osea fue raro, de repente senti el olor de la cordillera, osea...fue como que me transporte a san martin, pero por el olor nada más. Si, estoy re loca! Jaja.
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