16 de septiembre de 2012

Semáforos.


Creo que la vida tiene esos “momentos sémaforo”. Viste cuando vas caminando por la vereda, esperás para cruzar en la esquina y el semáforo esta en verde...hay un momento, una milésima de segundo en que no pasa ningún auto en ninguna dirección (si no entendés, parate en una esquina con dos semáforos y vas a ver). Bueno, la vida, la rutina tiene momentos de ese tipo: no pasa nada, ni para arriba, ni para abajo, no hay acción.
Pero, guarda! A veces después de esos momentos en que el semáforo está en rojo se viene la tormenta del año, se viene un huracán al estilo Estados Unidos, al estilo “El Mago de Oz”, donde todo se revoluciona, donde todo pierde su lugar original y te planteas tu vida como la minita de la historia (con la diferencia de que no te encontrás con espantapájaros, hombres de ojalata y cosas así...o si?)
El tema es que a veces, después de los semáforos tenés varias opciones. Podés arrancar y meter primera, segunda y tercera en menos de veinte metros, o podés meter primera, ver que onda y seguir.
A veces esos momentos post- semáforo en rojo indican que ya tocaste fondo ¿Por qué no pasa nada? Porque ya pasó todo y estás tirada ahí, esperando que pase la vida, que la rutina prenda la lucecita verde para seguir. Y ahí es cuando decidís. Decidís qué hacer, si poner primera, segunda y tercera y reacomodarte y buscarle lugar a las cosas después del huracán del que sobreviviste ; o poner primera con cara triste, vivir en un amarillo de semáforo en forma constante, dudando de poner segunda y bancarte el verde.
Decidís qué hacer. Decidís ponerte feliz por un final aprobado, decidís reírte de algunas charlas de colectivo, decidís aceptar invitaciones a cumpleaños a los que en otro momento no irías, decidís disfrutar la rutina y las pequeñas cosas, decidís borrar canciones de tu lista de reproducción, decidís no compartir tu vida con gente que no te hace tan bien, decidís ponerte feliz con lo que estudias, decidís invertir tiempo con gente con buena energía, decidís reirte y no darle importancia a pequeñeces sin sentirdo, decidís mandar mensajer, decidís dar segundas oportunidades, decidís...
Porque al fin y al cabo todo está basada en decisiones, desde que te parás en un semáforo hasta que te parás en la vida misma. Aparte, el verde es esperanza y el arrancar siempre, pero siempre, trae cosas buenas.

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