25 de noviembre de 2012

La risa libera

Me causa gracia no poder dormir bien desde hace tres semanas por tener pesadillas. Me causa gracia que falte tan poco para terminar el año. Me causa gracia estar tan tapada de cosas gracias a la facultad y las ocho materias que estoy por terminar (eso también me causa gracia). Me causa gracia despertarme a las diez y treinta y tres de la mañana de un domingo, con los ojos hinchados por dormir y llorar demasiado. Me causa gracia no llorar por varios, muchos días y llorar mucho de golpe. Me causa gracia saber que en menos de dos semanas veo a mis amigas. Me causa gracia no dormir en casa. Me causa gracia que una vez más se cumpla la regla del destino "los pibes que te gustan le tienen ganas a tus amigas". Me causa gracia estar leyendo textos académicamente interminables con Spinetta cantandome casi al oído. Me causa gracia seguir recibiendo invitaciones para salir cuando no puedo. Me causa gracia seguir topándome con seres oficialistas que podría ser mi medio limón pero no. Me causa gracia hablarte cuando todos sabemos que no quiero saber nada con vos. Me causa gracia hablarte cuando sabemos que quiero saber todo con vos y no me das bola. Me causa gracia que te hayamos dicho todo de frente, y que a vos no te cause gracia.  Me causa gracia que en el fondo lo último que dije no me causa gracia. Me causo gracia. Pero lo que más más más me causa gracia es que a veces todo esto junto no me cause gracia. 

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